Hace unos días me enteré por la radio de la muerte del diseñador de las sillas de plástico apilables, esas que se hicieron tan populares, que usamos en todos lados, y me pareció tremendo que tuvieran que aclarar quién era, que no se supiera su nombre siendo que todos aprovechamos tanto de su ingenio. Por eso, cuando vi esta silla en la Revista de La Nación digital del domingo 12 de diciembre, nota Ingenio argentino referida al diseño, no pude menos que recordar ese comentario radial. Y quise rendirle un pequeñísimo homenaje, aunque sea a través de una derivación más sofisticada, pero con similares raíces. ¿Alguien me podrá pasar el nombre de ese tremendo diseñador?
lunes, 13 de diciembre de 2010
Sentémonos a conversar
Hace unos días me enteré por la radio de la muerte del diseñador de las sillas de plástico apilables, esas que se hicieron tan populares, que usamos en todos lados, y me pareció tremendo que tuvieran que aclarar quién era, que no se supiera su nombre siendo que todos aprovechamos tanto de su ingenio. Por eso, cuando vi esta silla en la Revista de La Nación digital del domingo 12 de diciembre, nota Ingenio argentino referida al diseño, no pude menos que recordar ese comentario radial. Y quise rendirle un pequeñísimo homenaje, aunque sea a través de una derivación más sofisticada, pero con similares raíces. ¿Alguien me podrá pasar el nombre de ese tremendo diseñador?
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