El jardín de las delicias
Luces veladas
Mundos misteriosos
La foto muestra a la
familia real holandesa durante su visita a la gran mezquita de Muscat, en Omán.
Pertenece a la noticia titulada "Polémica por el uso del velo de Beatriz
de Holanda" que publicó el diario El País de España en su edición digital del 12
de enero. Es verdad que las imposiciones a los miembros de gobiernos
extranjeros, republicanos o reales, no resulta muy diplomático. Pero también es
cierto que es de sentido común aceptar las reglas del anfitrión. Cuando a Doña
Nadie, como yo, la obligan a colocarse una falda sobre el pantalón para poder
ingresar a admirar la arquitectura de una iglesia ortodoxa, nadie pone el grito
en el cielo ni cree que eso la va convertir
a esa religión. Peor es colocarse voluntaria y orgullosamente unos súper
extravagantes sombreros para asistir a
un casamiento o a una ceremonia de gobierno oficial. Aunque no tengan
implicancia o significación social discutible, más allá del mal gusto. Y no
hablo de la reina de Holanda… Pero queda cerca, sí…
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