sábado, 14 de enero de 2012

Lo que los velos no revelan

  El jardín de las delicias 

Luces veladas
                                                                               
Mundos misteriosos

La foto muestra a la familia real holandesa durante su visita a la gran mezquita de Muscat, en Omán. Pertenece a la noticia titulada "Polémica por el uso del velo de Beatriz de Holanda" que publicó el diario  El País de España en su edición digital del 12 de enero. Es verdad que las imposiciones a los miembros de gobiernos extranjeros, republicanos o reales, no resulta muy diplomático. Pero también es cierto que es de sentido común aceptar las reglas del anfitrión. Cuando a Doña Nadie, como yo, la obligan a colocarse una falda sobre el pantalón para poder ingresar a admirar la arquitectura de una iglesia ortodoxa, nadie pone el grito en el cielo ni cree que eso la va convertir  a esa religión. Peor es colocarse voluntaria y orgullosamente unos súper extravagantes  sombreros para asistir a un casamiento o a una ceremonia de gobierno oficial. Aunque no tengan implicancia o significación social discutible, más allá del mal gusto. Y no hablo de la reina de Holanda… Pero queda cerca, sí… 



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